Semblanza de Sebastián Sucre Jiménez, un Ciudadano Ejemplar

Diciembre 01, 2004

Semblanza de Sebastián Sucre Jiménez, un Ciudadano Ejemplar

December 01, 2004

La historia de Panamá durante nuestra unión a Colombia estuvo plagada de acontecimientos más perjudiciales que beneficiosos para lo que hoy es nuestro país.

Así, los múltiples conflictos bélicos en Colombia, cuyos motivos en casi ningún caso fueron propios, pero que siempre repercutieron en nuestra patria, el fracaso del Canal Francés, la guerra de los mil días, fueron entre otros muchos, acontecimientos lamentables que trajeron pobreza y desdicha a un Panamá ansioso de prosperar como cualquier nación.

Dentro de este panorama nace en la ciudad de Aguadulce, un 20 de enero de 1864, Don Sebastián Sucre Jiménez, hijo de José Ángel Sucre y Saturnina Jiménez de Sucre, quien desempeñaría a lo largo de su vida distintas posiciones en el ramo público y muy especialmente en el educacional, con entusiasta voluntad, gran responsabilidad cívica y honestidad.

Desde sus inicios mostró deseo por el estudio de la instrucción, obteniendo el título de maestro en la Escuela Normal Nacional de Varones en el año 1882. Por su destacada preparación y su brillantez, ese mismo año fue designado Director de la Escuela de Calobre, puesto que desempeñó durante todo el año escolar, después de lo cual fue enviado a Santiago de Veraguas en calidad de maestro.

En 1888 se le designa como director de la Escuela de Varones de Aguadulce. Más tarde en 1892, se le nombra Inspector de Instrucción Pública, cargo que en aquella época era de mucho prestigio y honor.

Durante su vida también dedicó tiempo a escribir en el boletín de la diócesis y fundó la denominada Guardia Urbana, cuyo objetivo principal era cuidar a los pobladores de Aguadulce de las fechorías de ciertos grupos de la época.

Al llegar la Guerra de los Mil Días se le nombró prefecto de Coclé hasta que las fuerzas liberales se tomaron la provincia donde se le hizo prisionero por casi un año, hasta la firma del Tratado de Wisconsin.

Lograda su libertad lo restablecieron en el puesto de prefecto, pasando con posterioridad al cargo de Administrador de Hacienda.

Al llegar la tan anhelada independencia de Panamá, la población nacional fue llamada para elegir la Convención Nacional Constituyente, que sería la encargada de redactar nuestra primera Carta Magna.

La asamblea constituyente quedó integrada por 32 convencionales, entre los cuales se encontraba Sebastián Sucre Jimenez, electo como representante de la Provincia de Coclé. El día 15 de enero de 1904 iniciaron sus sesiones en la ciudad de Panamá, quedando su directiva compuesta por el Dr. Pablo Arosemena-Presidente; Dr. Luis De Roux-Primer Vicepresidente; Dr. Heliodoro Patiño-Segundo Vicepresidente; Juan Brin-Secretario.

Sus intervenciones durante las sesiones de la convención fueron de gran importancia, sobre todo en los aspectos relativos a la educación nacional, tema que dominaba y al que más énfasis dio, ya que consideraba que en la educación de un país está el progreso.

Como convencional, al final de su gestión, le tocó la tarea de designar al nuevo Presidente de la República, cuyo honor recayó sobre el ilustre ciudadano Dr. Manuel Amador Guerrero.

Fue nombrado por espacio de dos años como Gobernador de Coclé, labor que desempeñó con incansable actitud de rectitud y honradez.

Durante las primeras elecciones constitucionales de Panamá corrió por el cargo de Diputado, obteniendo un escaño por la Provincia que lo había visto nacer. Por supuesto, su labor como Diputado siempre estuvo dirigida al beneficio de Coclé y la educación.

Concluida su labor como Diputado, pasó nuevamente a ocupar el cargo de Inspector de Instrucción Pública.

Su labor fue digna de encomio, exaltando en todo momento los valores nacionales y culturales de nuestra patria.

Es llamado nuevamente a servir al país como Diputado por Coclé, pero en esta ocasión no puede concluir su periodo, ya que fallece en Aguadulce el 11 de junio de 1933.

Durante su vida fue objeto de homenajes en reconocimiento a su larga trayectoria. Así, la Sociedad Pedagógica de Aguadulce lo reconoce el 30 de noviembre de 1930, recibiendo elogios de muchas personalidades políticas y de instrucción de la época. Más tarde el 20 de enero de 1964, en la Escuela de El Caño, Natá, la cual lleva su nombre, se conmemoro el primer centenario de su natalicio.

Sebastián Sucre Jiménez durante su vida llegó a tener una gran descendencia que incluyó 14 hijos.

Su vida, plagada de anécdotas y enseñanzas, debe ser ejemplo para todos, pues con su servicio desinteresado a la patria, dio testimonio junto con otros prohombres, de voluntad por construir un nuevo país, un Panamá mejor.

La historia de Panamá durante nuestra unión a Colombia estuvo plagada de acontecimientos más perjudiciales que beneficiosos para lo que hoy es nuestro país.

Así, los múltiples conflictos bélicos en Colombia, cuyos motivos en casi ningún caso fueron propios, pero que siempre repercutieron en nuestra patria, el fracaso del Canal Francés, la guerra de los mil días, fueron entre otros muchos, acontecimientos lamentables que trajeron pobreza y desdicha a un Panamá ansioso de prosperar como cualquier nación.

Dentro de este panorama nace en la ciudad de Aguadulce, un 20 de enero de 1864, Don Sebastián Sucre Jiménez, hijo de José Ángel Sucre y Saturnina Jiménez de Sucre, quien desempeñaría a lo largo de su vida distintas posiciones en el ramo público y muy especialmente en el educacional, con entusiasta voluntad, gran responsabilidad cívica y honestidad.

Desde sus inicios mostró deseo por el estudio de la instrucción, obteniendo el título de maestro en la Escuela Normal Nacional de Varones en el año 1882. Por su destacada preparación y su brillantez, ese mismo año fue designado Director de la Escuela de Calobre, puesto que desempeñó durante todo el año escolar, después de lo cual fue enviado a Santiago de Veraguas en calidad de maestro.

En 1888 se le designa como director de la Escuela de Varones de Aguadulce. Más tarde en 1892, se le nombra Inspector de Instrucción Pública, cargo que en aquella época era de mucho prestigio y honor.

Durante su vida también dedicó tiempo a escribir en el boletín de la diócesis y fundó la denominada Guardia Urbana, cuyo objetivo principal era cuidar a los pobladores de Aguadulce de las fechorías de ciertos grupos de la época.

Al llegar la Guerra de los Mil Días se le nombró prefecto de Coclé hasta que las fuerzas liberales se tomaron la provincia donde se le hizo prisionero por casi un año, hasta la firma del Tratado de Wisconsin.

Lograda su libertad lo restablecieron en el puesto de prefecto, pasando con posterioridad al cargo de Administrador de Hacienda.

Al llegar la tan anhelada independencia de Panamá, la población nacional fue llamada para elegir la Convención Nacional Constituyente, que sería la encargada de redactar nuestra primera Carta Magna.

La asamblea constituyente quedó integrada por 32 convencionales, entre los cuales se encontraba Sebastián Sucre Jimenez, electo como representante de la Provincia de Coclé. El día 15 de enero de 1904 iniciaron sus sesiones en la ciudad de Panamá, quedando su directiva compuesta por el Dr. Pablo Arosemena-Presidente; Dr. Luis De Roux-Primer Vicepresidente; Dr. Heliodoro Patiño-Segundo Vicepresidente; Juan Brin-Secretario.

Sus intervenciones durante las sesiones de la convención fueron de gran importancia, sobre todo en los aspectos relativos a la educación nacional, tema que dominaba y al que más énfasis dio, ya que consideraba que en la educación de un país está el progreso.

Como convencional, al final de su gestión, le tocó la tarea de designar al nuevo Presidente de la República, cuyo honor recayó sobre el ilustre ciudadano Dr. Manuel Amador Guerrero.

Fue nombrado por espacio de dos años como Gobernador de Coclé, labor que desempeñó con incansable actitud de rectitud y honradez.

Durante las primeras elecciones constitucionales de Panamá corrió por el cargo de Diputado, obteniendo un escaño por la Provincia que lo había visto nacer. Por supuesto, su labor como Diputado siempre estuvo dirigida al beneficio de Coclé y la educación.

Concluida su labor como Diputado, pasó nuevamente a ocupar el cargo de Inspector de Instrucción Pública.

Su labor fue digna de encomio, exaltando en todo momento los valores nacionales y culturales de nuestra patria.

Es llamado nuevamente a servir al país como Diputado por Coclé, pero en esta ocasión no puede concluir su periodo, ya que fallece en Aguadulce el 11 de junio de 1933.

Durante su vida fue objeto de homenajes en reconocimiento a su larga trayectoria. Así, la Sociedad Pedagógica de Aguadulce lo reconoce el 30 de noviembre de 1930, recibiendo elogios de muchas personalidades políticas y de instrucción de la época. Más tarde el 20 de enero de 1964, en la Escuela de El Caño, Natá, la cual lleva su nombre, se conmemoro el primer centenario de su natalicio.

Sebastián Sucre Jiménez durante su vida llegó a tener una gran descendencia que incluyó 14 hijos.

Su vida, plagada de anécdotas y enseñanzas, debe ser ejemplo para todos, pues con su servicio desinteresado a la patria, dio testimonio junto con otros prohombres, de voluntad por construir un nuevo país, un Panamá mejor.

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