¿Es el momento para una Constituyente?

Mayo 24, 2018

¿Es el momento para una Constituyente?

May 24, 2018

El presidente de la República nos ha comunicado que iniciará consulta con varios sectores del país (sin aclarar cuáles) a fin de determinar si existe ambiente para convocar a una Asamblea Constituyente Paralela sobre la base del artículo 314 de nuestra Constitución que otorga la prerrogativa de convocarla al Órgano Ejecutivo y ratificada por la mayoría absoluta del Órgano Legislativo; es decir, por la mitad más uno de los diputados electos.

Pero, ¿es el momento para realizar tan magna obra que a todas luces quedará convertirla en una maniobra política? En la actualidad, no existe un solo panameño que no esté de acuerdo con que el país vive uno de sus peores momentos históricos. La institucionalidad ha colapsado. La Corte Suprema de Justicia y todo el Órgano Judicial goza de un desprestigio absoluto. Se considera que la justicia se le aplica a unos pocos y sus fallos son contradictorios. La Procuraduría General de la Nación ha demostrado que solo persigue los delitos de ciertos miembros asociados a la administración pública pasada y pasa por alto los posibles delitos confesos de los funcionarios y del partido gobernante. La economía se encuentra en los niveles más bajos desde hace varias décadas; los negocios están cerrando uno tras otro. El tema de las migraciones y la inseguridad no hay quien lo detenga. Y lo más grave es que las noticias sobre la falta de agua y la no recolección de la basura no terminan nunca ni tienen visos de que terminarán pronto. Eso por no mencionar la educación, que bueno, ese tema jamás dejará de preocuparnos.

Por otro lado, existen otras situaciones involucradas en este posible llamado. Tenemos a los partidos políticos que no debemos perder de vista. El PRD está muy concentrado en ganar las próximas elecciones dado que lleva mucho tiempo fuera del poder. Por su parte, CD está desesperado por regresar al poder, animados por vengarse de quien se vengó de ellos. Pensar que la Asamblea de Diputados ratificará el llamado a una constituyente es ser muy inocente o tratar de culpar a otros de las promesas incumplidas en los últimos cuatro años.

¡Claro que la Constitución necesita modificarse en su totalidad! ¡Claro que este paso debió hacerse hace dos años! Pero un cambio íntegro de la Constitución no provoca un cambio inmediato en el país; sobre todo porque la excerta jurídica que invocará el presidente establece: “La Asamblea Constituyente Paralela podrá reformar la actual Constitución de forma total o parcial, pero en ningún caso las decisiones que adopte tendrán efectos retroactivos, ni podrán alterar los periodos de los funcionarios electos o designados, que estén ejerciendo su cargo al momento en que entre en vigencia la nueva Constitución”. Luego entonces, los tan anhelados cambios que se aprueben no empezarán a ver su efectividad hasta cinco años después de votada en un referéndum, lo que implicaría que el sueño de ver menos y mejores diputados tendrá que esperar hasta la siguiente elección, eso sin mencionar que los magistrados de la Corte Suprema podrán concluir sus periodos sin que nadie los pueda reemplazar con anterioridad.

En adición, existe un pequeño peligro en la modificación de la Constitución, que aunque no pudiera parecer inminente la constituyente paralela podría alterar, el cual es el título constitucional dedicado al Canal de Panamá, aprobado ya hace años y que ha venido funcionando de forma espléndida. Bueno, con este punto no podremos hacer nada, solo confiar en que los constituyentes escogidos sepan manejarlo correctamente.

Por todos estos puntos y otros tantos más, considero que el llamado a la constituyente debe hacerse de inmediato y separarla de las elecciones generales del año entrante. Esa decisión nos daría una tremenda oportunidad al distanciar la escogencia de los constituyentes de la política partidista que se acerca, escoger a los mejores y no a los políticos de siempre, que se apruebe una reforma que nos permita ver un cambio radical en las próximas elecciones del 2019 y no en las elecciones del 2024, pero sobre todo ver por fin un cambio importante en nuestro Panamá.

El presidente de la República nos ha comunicado que iniciará consulta con varios sectores del país (sin aclarar cuáles) a fin de determinar si existe ambiente para convocar a una Asamblea Constituyente Paralela sobre la base del artículo 314 de nuestra Constitución que otorga la prerrogativa de convocarla al Órgano Ejecutivo y ratificada por la mayoría absoluta del Órgano Legislativo; es decir, por la mitad más uno de los diputados electos.

Pero, ¿es el momento para realizar tan magna obra que a todas luces quedará convertirla en una maniobra política? En la actualidad, no existe un solo panameño que no esté de acuerdo con que el país vive uno de sus peores momentos históricos. La institucionalidad ha colapsado. La Corte Suprema de Justicia y todo el Órgano Judicial goza de un desprestigio absoluto. Se considera que la justicia se le aplica a unos pocos y sus fallos son contradictorios. La Procuraduría General de la Nación ha demostrado que solo persigue los delitos de ciertos miembros asociados a la administración pública pasada y pasa por alto los posibles delitos confesos de los funcionarios y del partido gobernante. La economía se encuentra en los niveles más bajos desde hace varias décadas; los negocios están cerrando uno tras otro. El tema de las migraciones y la inseguridad no hay quien lo detenga. Y lo más grave es que las noticias sobre la falta de agua y la no recolección de la basura no terminan nunca ni tienen visos de que terminarán pronto. Eso por no mencionar la educación, que bueno, ese tema jamás dejará de preocuparnos.

Por otro lado, existen otras situaciones involucradas en este posible llamado. Tenemos a los partidos políticos que no debemos perder de vista. El PRD está muy concentrado en ganar las próximas elecciones dado que lleva mucho tiempo fuera del poder. Por su parte, CD está desesperado por regresar al poder, animados por vengarse de quien se vengó de ellos. Pensar que la Asamblea de Diputados ratificará el llamado a una constituyente es ser muy inocente o tratar de culpar a otros de las promesas incumplidas en los últimos cuatro años.

¡Claro que la Constitución necesita modificarse en su totalidad! ¡Claro que este paso debió hacerse hace dos años! Pero un cambio íntegro de la Constitución no provoca un cambio inmediato en el país; sobre todo porque la excerta jurídica que invocará el presidente establece: “La Asamblea Constituyente Paralela podrá reformar la actual Constitución de forma total o parcial, pero en ningún caso las decisiones que adopte tendrán efectos retroactivos, ni podrán alterar los periodos de los funcionarios electos o designados, que estén ejerciendo su cargo al momento en que entre en vigencia la nueva Constitución”. Luego entonces, los tan anhelados cambios que se aprueben no empezarán a ver su efectividad hasta cinco años después de votada en un referéndum, lo que implicaría que el sueño de ver menos y mejores diputados tendrá que esperar hasta la siguiente elección, eso sin mencionar que los magistrados de la Corte Suprema podrán concluir sus periodos sin que nadie los pueda reemplazar con anterioridad.

En adición, existe un pequeño peligro en la modificación de la Constitución, que aunque no pudiera parecer inminente la constituyente paralela podría alterar, el cual es el título constitucional dedicado al Canal de Panamá, aprobado ya hace años y que ha venido funcionando de forma espléndida. Bueno, con este punto no podremos hacer nada, solo confiar en que los constituyentes escogidos sepan manejarlo correctamente.

Por todos estos puntos y otros tantos más, considero que el llamado a la constituyente debe hacerse de inmediato y separarla de las elecciones generales del año entrante. Esa decisión nos daría una tremenda oportunidad al distanciar la escogencia de los constituyentes de la política partidista que se acerca, escoger a los mejores y no a los políticos de siempre, que se apruebe una reforma que nos permita ver un cambio radical en las próximas elecciones del 2019 y no en las elecciones del 2024, pero sobre todo ver por fin un cambio importante en nuestro Panamá.

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