Presidentes Fallecidos Durante su Mandato: Ramón Maximiliano Valdés

Febrero 26, 2012

Presidentes Fallecidos Durante su Mandato: Ramón Maximiliano Valdés

February 26, 2012

La vida pública del ilustre panameño Ramón Maximiliano Valdés fue efímera, pero al mismo tiempo llena de decisiones trascendentales, sobre todo por los acontecimientos mundiales que marcaron para siempre la historia de la humanidad.

Nacido en Penonomé el 13 de octubre de 1867, realizó sus primeros estudios en dicha ciudad; se gradúa de la Escuela Normal de Institutores y posteriormente obtiene la licenciatura en Derecho en la Universidad de Cartagena.

Fue elegido para ocupar un escaño en la Asamblea Departamental de Panamá, adicionalmente se le distinguió como Alcalde de Colón en 1895, Miembro del Congreso de Colombia, Subsecretario de Hacienda del Departamento de Panamá en 1898, y encargado del Ministerio de Instrucción Pública en el Departamento de Panamá cuando todavía éramos parte de Colombia.

No tuvo participación alguna en el acto de emancipación de Colombia, pero sus sentimientos estaban con quienes se adentraron en tan magna empresa para darle vida a la República. Así quedó plasmado en una obra, que divulgaría tan sólo unos días después de la independencia, titulada La Independencia del Istmo de Panamá: sus antecedentes, sus causas y su justificación.

De su análisis se deprende con claridad que contrario de lo que expresaran algunos, Panamá no era feliz bajo la dominación de Colombia. Si bien es cierto que al emanciparnos de España el camino más lógico era la adhesión a aquel país, dicha decisión trajo la inevitable consecuencia de también ser parte de sus conflictos internos del que Panamá no era partícipe. Muestra de ello fue que tan solo nueve años después de la unión, Panamá realizaba su primer intento de secesión, acontecimiento que no prosperó por solicitud del propio libertador Bolívar. Sin embargo, el sentimiento quedó marcado en los panameños, quienes en 1840 nuevamente toman la iniciativa de separarnos de Colombia, pues la centralización del gobierno en Bogotá era, sin lugar a dudas, perjudicial para Panamá. Esta acción aunque fracasó se repitió tan solo un año más tarde. El mayor de los éxitos que tuvo nuestro débil país fue la creación del Estado Federal, ya que con ello nos separábamos administrativamente del régimen centralista. Pero el destino nos arrebataría esa posibilidad. De allí, como dice el autor, nuestra única oportunidad de lograr tan magno acontecimiento era a través del canal interoceánico. El rechazo del trato Herrán-Hay, cerró el paso a un mejor porvenir económico a Panamá, pero abrió la posibilidad de lograr nuestro sueño, un sueño deseado por 80 años, concluye Valdés en su escrito.

Avanzada la República, se le designó como Secretario de Gobierno y Justicia bajo la administración de José Domingo de Obaldía. Subsiguientemente, ocupó cargos como el de Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario ante el Gobierno de Estados Unidos en Washington, Ministro en Gran Bretaña e Irlanda, así como miembro de la Corte de Arbitraje con sede en La Haya, labores que supo realizar con una excelencia sin igual.

Para el año 1916 se hizo evidente que Ramón Maximiliano Valdés sería candidato por el oficialismo para las elecciones. Tanto él como su contrario Rodolfo Chiari fueron víctimas de duras acusaciones sobre cobros indebidos y malversación de fondos. Inclusive, hubo algunas facciones que deseaban que el Gobierno norteamericano interviniera en las elecciones fundamentando su solicitud en el hecho de que supuestamente no se estaban respetando los derechos de algunos ciudadanos. En respuesta a la solicitud el Embajador de Estados Unidos se dirigió al secretario de Relaciones Exteriores de Panamá, Ernesto T Lefevre, proponiéndole que su gobierno estaba dispuesto a intervenir en las elecciones con el fin de supervisarla, ofrecimiento que fue rechazado de plano.

Realizadas las elecciones para Concejos Municipales y ante las muchas acusaciones de fraude, el grupo que seguía a Chiari tomó la decisión de no acudir a las urnas para la elección para Presidente de la República, dejando el camino libre para el triunfo de Valdés, quien gozaba de la simpatía del Gobierno norteamericano: elemento esencial para la época.

La presidencia de Valdés (1916-1920) no fue fácil, pues con la terminación de las obras del Canal muchas personas que habían venido al país para participar en su construcción se quedaron sin trabajo, lo que trajo serios problemas a la economía del país. Aunado a lo anterior, la situación del fisco panameño era menos que deplorable, lo que obligó al Estado a la contratación de un asesor fiscal norteamericano casi por imposición de aquel gobierno que manifestó que no otorgaría nuevos empréstitos si no se realizaba la contratación.

Dentro de las actuaciones que tuvo que afrontar este presidente se encuentra la de realizar modificaciones a nuestra carta magna. Sin embargo, aunque tales reformas, como históricamente ha ocurrido en nuestro país, fueron ampliamente debatidas y causantes de grandes debates, las mismas se aprobaron por la Asamblea en 1918, a la espera de que se ratificaran en la siguiente Asamblea, pero aquello no ocurrió y hubo que esperar hasta 1928 para cambiar la carta magna.

Con el advenimiento de la Primera Guerra Mundial que se inició en Europa, la Asamblea Nacional de Panamá, decretó la Ley 46 de 1917, mediante la cual se le otorgó al Órgano ejecutivo facultades para que en caso de que los Estados Unidos de América se viera envuelto en la guerra y el Canal de Panamá estuviera en peligro y por ende nuestra economía se afectara, este pudiera reorganizar la administración pública, bajar los salarios de los funcionarios y crear una fuerza pública militar, la cual podía ser utilizada para la defensa del territorio nacional.

Esta facultad emitida por la Asamblea no fue utilizada por el presidente Valdés sino hasta diciembre de ese mismo año, cuando le declaró la guerra al Imperio austro-húngaro. La intención del presidente siempre fue el mantenerse alejado de la guerra y mantener un papel neutral; pero como él mismo manifestará, la sola presencia de los norteamericanos y del Canal de Panamá nos impedían mantenernos como tales.

Nuestro personaje fallece sorpresivamente el 3 de junio de 1918 producto de un ataque cardiaco, faltándole dos años para terminar su periodo presidencial. Su cuerpo fue puesto en capilla ardiente al día siguiente en el Salón Amarillo de la Presidencia de la República, donde se dieron cita una multitud de personas de todas las esferas sociales para darle su último adiós al prominente miembro del Partido Liberal. Sus honras fúnebres se llevaron a cabo el día 5 de junio en la Catedral Metropolitana. Fue sucedido en el poder por Ciro Urriola.

La vida pública del ilustre panameño Ramón Maximiliano Valdés fue efímera, pero al mismo tiempo llena de decisiones trascendentales, sobre todo por los acontecimientos mundiales que marcaron para siempre la historia de la humanidad.

Nacido en Penonomé el 13 de octubre de 1867, realizó sus primeros estudios en dicha ciudad; se gradúa de la Escuela Normal de Institutores y posteriormente obtiene la licenciatura en Derecho en la Universidad de Cartagena.

Fue elegido para ocupar un escaño en la Asamblea Departamental de Panamá, adicionalmente se le distinguió como Alcalde de Colón en 1895, Miembro del Congreso de Colombia, Subsecretario de Hacienda del Departamento de Panamá en 1898, y encargado del Ministerio de Instrucción Pública en el Departamento de Panamá cuando todavía éramos parte de Colombia.

No tuvo participación alguna en el acto de emancipación de Colombia, pero sus sentimientos estaban con quienes se adentraron en tan magna empresa para darle vida a la República. Así quedó plasmado en una obra, que divulgaría tan sólo unos días después de la independencia, titulada La Independencia del Istmo de Panamá: sus antecedentes, sus causas y su justificación.

De su análisis se deprende con claridad que contrario de lo que expresaran algunos, Panamá no era feliz bajo la dominación de Colombia. Si bien es cierto que al emanciparnos de España el camino más lógico era la adhesión a aquel país, dicha decisión trajo la inevitable consecuencia de también ser parte de sus conflictos internos del que Panamá no era partícipe. Muestra de ello fue que tan solo nueve años después de la unión, Panamá realizaba su primer intento de secesión, acontecimiento que no prosperó por solicitud del propio libertador Bolívar. Sin embargo, el sentimiento quedó marcado en los panameños, quienes en 1840 nuevamente toman la iniciativa de separarnos de Colombia, pues la centralización del gobierno en Bogotá era, sin lugar a dudas, perjudicial para Panamá. Esta acción aunque fracasó se repitió tan solo un año más tarde. El mayor de los éxitos que tuvo nuestro débil país fue la creación del Estado Federal, ya que con ello nos separábamos administrativamente del régimen centralista. Pero el destino nos arrebataría esa posibilidad. De allí, como dice el autor, nuestra única oportunidad de lograr tan magno acontecimiento era a través del canal interoceánico. El rechazo del trato Herrán-Hay, cerró el paso a un mejor porvenir económico a Panamá, pero abrió la posibilidad de lograr nuestro sueño, un sueño deseado por 80 años, concluye Valdés en su escrito.

Avanzada la República, se le designó como Secretario de Gobierno y Justicia bajo la administración de José Domingo de Obaldía. Subsiguientemente, ocupó cargos como el de Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario ante el Gobierno de Estados Unidos en Washington, Ministro en Gran Bretaña e Irlanda, así como miembro de la Corte de Arbitraje con sede en La Haya, labores que supo realizar con una excelencia sin igual.

Para el año 1916 se hizo evidente que Ramón Maximiliano Valdés sería candidato por el oficialismo para las elecciones. Tanto él como su contrario Rodolfo Chiari fueron víctimas de duras acusaciones sobre cobros indebidos y malversación de fondos. Inclusive, hubo algunas facciones que deseaban que el Gobierno norteamericano interviniera en las elecciones fundamentando su solicitud en el hecho de que supuestamente no se estaban respetando los derechos de algunos ciudadanos. En respuesta a la solicitud el Embajador de Estados Unidos se dirigió al secretario de Relaciones Exteriores de Panamá, Ernesto T Lefevre, proponiéndole que su gobierno estaba dispuesto a intervenir en las elecciones con el fin de supervisarla, ofrecimiento que fue rechazado de plano.

Realizadas las elecciones para Concejos Municipales y ante las muchas acusaciones de fraude, el grupo que seguía a Chiari tomó la decisión de no acudir a las urnas para la elección para Presidente de la República, dejando el camino libre para el triunfo de Valdés, quien gozaba de la simpatía del Gobierno norteamericano: elemento esencial para la época.

La presidencia de Valdés (1916-1920) no fue fácil, pues con la terminación de las obras del Canal muchas personas que habían venido al país para participar en su construcción se quedaron sin trabajo, lo que trajo serios problemas a la economía del país. Aunado a lo anterior, la situación del fisco panameño era menos que deplorable, lo que obligó al Estado a la contratación de un asesor fiscal norteamericano casi por imposición de aquel gobierno que manifestó que no otorgaría nuevos empréstitos si no se realizaba la contratación.

Dentro de las actuaciones que tuvo que afrontar este presidente se encuentra la de realizar modificaciones a nuestra carta magna. Sin embargo, aunque tales reformas, como históricamente ha ocurrido en nuestro país, fueron ampliamente debatidas y causantes de grandes debates, las mismas se aprobaron por la Asamblea en 1918, a la espera de que se ratificaran en la siguiente Asamblea, pero aquello no ocurrió y hubo que esperar hasta 1928 para cambiar la carta magna.

Con el advenimiento de la Primera Guerra Mundial que se inició en Europa, la Asamblea Nacional de Panamá, decretó la Ley 46 de 1917, mediante la cual se le otorgó al Órgano ejecutivo facultades para que en caso de que los Estados Unidos de América se viera envuelto en la guerra y el Canal de Panamá estuviera en peligro y por ende nuestra economía se afectara, este pudiera reorganizar la administración pública, bajar los salarios de los funcionarios y crear una fuerza pública militar, la cual podía ser utilizada para la defensa del territorio nacional.

Esta facultad emitida por la Asamblea no fue utilizada por el presidente Valdés sino hasta diciembre de ese mismo año, cuando le declaró la guerra al Imperio austro-húngaro. La intención del presidente siempre fue el mantenerse alejado de la guerra y mantener un papel neutral; pero como él mismo manifestará, la sola presencia de los norteamericanos y del Canal de Panamá nos impedían mantenernos como tales.

Nuestro personaje fallece sorpresivamente el 3 de junio de 1918 producto de un ataque cardiaco, faltándole dos años para terminar su periodo presidencial. Su cuerpo fue puesto en capilla ardiente al día siguiente en el Salón Amarillo de la Presidencia de la República, donde se dieron cita una multitud de personas de todas las esferas sociales para darle su último adiós al prominente miembro del Partido Liberal. Sus honras fúnebres se llevaron a cabo el día 5 de junio en la Catedral Metropolitana. Fue sucedido en el poder por Ciro Urriola.

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