El Fideicomiso como vehículo de inversión

Mayo 27, 2014

El Fideicomiso como vehículo de inversión

May 27, 2014

La gente tiene distintas motivaciones que influyen directamente en la decisión de ahorrar: cómo lograr un retiro digno, comprar una casa, cubrir la educación de los hijos, prevenir accidentes, contar con un respaldo económico holgado, entre muchas otras.

El ahorro requiere de esfuerzo y disciplina al tener que gastar menos de lo que se percibe de ingreso; sin embargo, para acrecentar el patrimonio que se acumula a través del ahorro, se requiere de conocimientos en el tema de inversiones o de asesoría especializada por parte de profesionales en la materia.

Para administrar de la mejor manera un patrimonio, hay que buscar alternativas de inversión que proporcionen rendimientos atractivos acordes con el nivel de riesgo. En la medida en que el patrimonio se eleva, las opciones se multiplican, al igual que la complejidad de las decisiones de inversión.

Se involucran activos reales y financieros, de renta fija y variable, coberturas y seguros, al tiempo en el que las posibilidades de inversión se extienden más allá del país.

En el ámbito financiero, los instrumentos bancarios tradicionales, como los Cetes o pagarés, son por lo general la primera referencia para invertir; le siguen las sociedades de inversión, con una gama de alternativas más amplia y posibilidades de rendimientos más altos, siempre recordando la regla de “a mayor riesgo, mayor rendimiento”; las afores, con la posibilidad de recibir ahorro voluntario de sus cuentahabientes; las aseguradoras, con programas de renta vitalicia y planes de financiamiento futuro, y las casas de bolsa y áreas de banca patrimonial  de los bancos, que ofrecen alternativas diversas en instrumentos financieros, las cuales otorgan mayores posibilidades de maximizar el rendimiento.

Sin embargo, hay una figura que no corresponde a las operaciones activas o pasivas de las instituciones financieras, que atiende los requerimientos de los inversionistas, sobre todo cuando estos persiguen fines específicos para el uso de los recursos que integran la masa patrimonial. Nos referimos al fideicomiso.

Existen diversos tipos: de inversión, administración, testamentario, fuente de pago, garantía, desarrollos inmobiliarios, etcétera.

Los fideicomisos son un traje a la medida, susceptible de adecuarse a los intereses de quien los realiza.

Son un vehículo para el logro de metas que van desde cubrir requerimientos específicos en cuanto a la inversión o destino de los recursos, hasta el evitar conflictos de interés, por ejemplo, cuando suplen un testamento.

Estos pueden ser manejados por un especialista financiero o comités técnicos integrados por profesionales que atienden las necesidades particulares, en este caso de inversión, de los clientes.

El fideicomiso es una figura que debe considerarse al evaluar estrategias y vehículos de inversión, sobre todo cuando el patrimonio alcanza ciertos niveles y se buscan reglas claras, no discrecionales y una asesoría profesional.

Fideicomisos de inversión

Los fideicomisos de inversión son utilizados como un mecanismo que otorga transparencia a la custodia y administración de recursos líquidos que en cierto momento deberán ser transmitidos a terceras personas.

La fiduciaria recibe de su cliente sumas de dinero con el fin de invertirlas conforme a las instrucciones que el cliente o fideicomitente le señala sea directamente o como adhesión a un reglamento de inversión que le ofrece la fiduciaria; el producto de las inversiones es para provecho del mismo cliente o de la persona o personas que él específicamente designa en el contrato.

Esta modalidad de inversión puede desarrollarse a través de encargos fiduciarios o contratos de fiducia mercantil. Generalmente las inversiones que realiza la fiduciaria se concretan a la compra y venta de títulos representativos de dinero o de mercancías (títulos valores), pero pueden tener como objeto la adquisición de cualquier clase de activos.

Cuando se desea invertir a través de negocios fiduciarios, se puede acudir a cualquiera de estas modalidades:

  1. Fideicomiso de inversión con destinación específica: aquel en el cual se consagra como finalidad principal la inversión o colocación a cualquier título de sumas de dinero, de acuerdo con las instrucciones impartidas por el fideicomitente.
  2. Fideicomiso de inversión colectiva: son instrumentos de inversión llamados fondos, en los cuales la fiduciaria recibe dinero de un número plural de clientes y realiza inversiones conforme a las instrucciones comunes para todos plasmadas en el reglamento del fondo o en la ley. De esta forma y a pesar de que la fiduciaria mantiene separados los recursos de cada uno de sus clientes, las inversiones hechas no pertenecen a uno en particular, sino a todos los fideicomitentes vinculados al fondo.  Los clientes que se adhieren al reglamento del fondo no pueden dar instrucciones individuales de inversión contrarias a las del reglamento.
  3. Los contratos de inversión en fondos comunes son consensuales; sin embargo, la fiduciaria debe dejar constancia de la vinculación de sus clientes o de adhesión a los reglamentos del fondo en que se está realizando la inversión.

Ventajas de la fiducia de inversión

  • Diversificación de riesgos, al invertir en diversos títulos y emisores.
  • Estructuración de portafolios de inversión o de fondos de acuerdo con las necesidades de los clientes y las circunstancias del mercado.
  • Experiencia y profesionalismo por parte de los administradores de los fondos o de los portafolios.
  • La fiduciaria selecciona atractivas alternativas de inversión, bajo criterios de riesgo, rentabilidad y liquidez señalados por el fideicomitente en el caso de los fideicomisos de inversión específica o en el reglamento del fondo.
  • Poder de negociación.
  • Monitoreo del mercado en busca de las mejores alternativas de inversión.
  • Asesoría permanente.
  • Disminución de los costos de administrar las inversiones de forma individual.

Análisis de riesgo basado en herramientas técnicas y tecnológicas.

La gente tiene distintas motivaciones que influyen directamente en la decisión de ahorrar: cómo lograr un retiro digno, comprar una casa, cubrir la educación de los hijos, prevenir accidentes, contar con un respaldo económico holgado, entre muchas otras.

El ahorro requiere de esfuerzo y disciplina al tener que gastar menos de lo que se percibe de ingreso; sin embargo, para acrecentar el patrimonio que se acumula a través del ahorro, se requiere de conocimientos en el tema de inversiones o de asesoría especializada por parte de profesionales en la materia.

Para administrar de la mejor manera un patrimonio, hay que buscar alternativas de inversión que proporcionen rendimientos atractivos acordes con el nivel de riesgo. En la medida en que el patrimonio se eleva, las opciones se multiplican, al igual que la complejidad de las decisiones de inversión.

Se involucran activos reales y financieros, de renta fija y variable, coberturas y seguros, al tiempo en el que las posibilidades de inversión se extienden más allá del país.

En el ámbito financiero, los instrumentos bancarios tradicionales, como los Cetes o pagarés, son por lo general la primera referencia para invertir; le siguen las sociedades de inversión, con una gama de alternativas más amplia y posibilidades de rendimientos más altos, siempre recordando la regla de “a mayor riesgo, mayor rendimiento”; las afores, con la posibilidad de recibir ahorro voluntario de sus cuentahabientes; las aseguradoras, con programas de renta vitalicia y planes de financiamiento futuro, y las casas de bolsa y áreas de banca patrimonial  de los bancos, que ofrecen alternativas diversas en instrumentos financieros, las cuales otorgan mayores posibilidades de maximizar el rendimiento.

Sin embargo, hay una figura que no corresponde a las operaciones activas o pasivas de las instituciones financieras, que atiende los requerimientos de los inversionistas, sobre todo cuando estos persiguen fines específicos para el uso de los recursos que integran la masa patrimonial. Nos referimos al fideicomiso.

Existen diversos tipos: de inversión, administración, testamentario, fuente de pago, garantía, desarrollos inmobiliarios, etcétera.

Los fideicomisos son un traje a la medida, susceptible de adecuarse a los intereses de quien los realiza.

Son un vehículo para el logro de metas que van desde cubrir requerimientos específicos en cuanto a la inversión o destino de los recursos, hasta el evitar conflictos de interés, por ejemplo, cuando suplen un testamento.

Estos pueden ser manejados por un especialista financiero o comités técnicos integrados por profesionales que atienden las necesidades particulares, en este caso de inversión, de los clientes.

El fideicomiso es una figura que debe considerarse al evaluar estrategias y vehículos de inversión, sobre todo cuando el patrimonio alcanza ciertos niveles y se buscan reglas claras, no discrecionales y una asesoría profesional.

Fideicomisos de inversión

Los fideicomisos de inversión son utilizados como un mecanismo que otorga transparencia a la custodia y administración de recursos líquidos que en cierto momento deberán ser transmitidos a terceras personas.

La fiduciaria recibe de su cliente sumas de dinero con el fin de invertirlas conforme a las instrucciones que el cliente o fideicomitente le señala sea directamente o como adhesión a un reglamento de inversión que le ofrece la fiduciaria; el producto de las inversiones es para provecho del mismo cliente o de la persona o personas que él específicamente designa en el contrato.

Esta modalidad de inversión puede desarrollarse a través de encargos fiduciarios o contratos de fiducia mercantil. Generalmente las inversiones que realiza la fiduciaria se concretan a la compra y venta de títulos representativos de dinero o de mercancías (títulos valores), pero pueden tener como objeto la adquisición de cualquier clase de activos.

Cuando se desea invertir a través de negocios fiduciarios, se puede acudir a cualquiera de estas modalidades:

  1. Fideicomiso de inversión con destinación específica: aquel en el cual se consagra como finalidad principal la inversión o colocación a cualquier título de sumas de dinero, de acuerdo con las instrucciones impartidas por el fideicomitente.
  2. Fideicomiso de inversión colectiva: son instrumentos de inversión llamados fondos, en los cuales la fiduciaria recibe dinero de un número plural de clientes y realiza inversiones conforme a las instrucciones comunes para todos plasmadas en el reglamento del fondo o en la ley. De esta forma y a pesar de que la fiduciaria mantiene separados los recursos de cada uno de sus clientes, las inversiones hechas no pertenecen a uno en particular, sino a todos los fideicomitentes vinculados al fondo.  Los clientes que se adhieren al reglamento del fondo no pueden dar instrucciones individuales de inversión contrarias a las del reglamento.
  3. Los contratos de inversión en fondos comunes son consensuales; sin embargo, la fiduciaria debe dejar constancia de la vinculación de sus clientes o de adhesión a los reglamentos del fondo en que se está realizando la inversión.

Ventajas de la fiducia de inversión

  • Diversificación de riesgos, al invertir en diversos títulos y emisores.
  • Estructuración de portafolios de inversión o de fondos de acuerdo con las necesidades de los clientes y las circunstancias del mercado.
  • Experiencia y profesionalismo por parte de los administradores de los fondos o de los portafolios.
  • La fiduciaria selecciona atractivas alternativas de inversión, bajo criterios de riesgo, rentabilidad y liquidez señalados por el fideicomitente en el caso de los fideicomisos de inversión específica o en el reglamento del fondo.
  • Poder de negociación.
  • Monitoreo del mercado en busca de las mejores alternativas de inversión.
  • Asesoría permanente.
  • Disminución de los costos de administrar las inversiones de forma individual.

Análisis de riesgo basado en herramientas técnicas y tecnológicas.

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