Beatificaciones cuestionadas

Octubre 24, 2013

Beatificaciones cuestionadas

October 24, 2013

El pasado 13 de octubre de 2013 en Tarragona España, se llevó a cabo la beatificación de 522 personas fallecidas durante la Guerra Civil española. El acto estuvo precedido por un mensaje enviado por el Papa engrandeciendo la labor de quienes por defender sus creencias fueron perseguidos y muertos durante dichas acciones bélicas.

El tema ha causado un gran malestar entre aquellos que identificados con el bando perdedor (los Republicanos) han venido solicitando a la Iglesia que se pronuncie pidiendo perdón por las atrocidades cometidas por el bando vencedor encabezado por Francisco Franco quien como consecuencia de un golpe de estado derrocó a la llamada Segunda República y gobernó bajo un régimen dictatorial hasta su muerte; régimen que tuvo el apoyo permanente de la Iglesia Católica. Este acto de perdón le daría, según algunas organizaciones, más respetabilidad a la beatificación.

Esta petición en su grado más simplista es una solicitud de perdón a la Iglesia por haber respaldado a los franquistas durante toda la contienda y su gobierno, además de haber cooperado en la muerte de miles de inocentes.

Es un hecho cierto que nos hace reflexionar sobre qué sitio deberían ocupar los mártires del bando perdedor. Si bien es indiscutible que los mártires beatificados no lo hicieron por luchar con las armas, sino por no renegar de su fe, tal y como lo mencionó en el acto el secretario de la Conferencia Episcopal Juan Antonio Martínez Camino, está claro que muchos de los perdedores sin el uso de armas, fallecieron por no renegar de sus creencias.

Normalmente se dice que la historia la escribe el ganador, pero cabe preguntarse quiénes cooperaron en darle muerte a estos mártires, hoy elevados a los altares. Se trató de miembros de organizaciones de izquierda, comunistas y ateos que veían en los católicos y en aquellos armados simplemente con su fe, enemigos del Estado. Se trataba de no creyentes en Dios.

Dónde está el perdón de los derrotados? O es que los mártires estuvieron solamente en el bando perdedor. Cuál hubiera sido el destino sí el gobierno de la Segunda República hubiese ganado la contienda? Y ante esta hipótesis, dónde hubiese quedado la Iglesia Católica y sus miembros dentro de España?

La justicia es algo surrealista. Se dice que quien la aplica, normalmente jueces, lo hacen en virtud de la ley. Pero quién y para qué se hace la ley? En este caso para aplicarla por los franquistas, pero y si la hubiesen aplicado los republicanos, hubiese sido más justa o evitado muertes? No lo creo.

De lo que nadie habla es de las pérdidas humanas de ambos bandos. Un grupo habla de “memoria histórica” y los otros no dicen nada. Por qué los nietos de los vencedores no hacen la “memoria histórica” de sus mártires o de las atrocidades de los republicanos?

Es la vida de los perdedores más importante que la de los ganadores. Pues no, son iguales y merecen ser respetados, ya que todos somos hijos de Dios aunque no creamos en él y no existe nada más valioso que la vida humana. La vida de los perdedores merece ser recordada más allá de una placa conmemorativa, una medalla o de la vasta cantidad de libros que se han escrito sobre ellos. Se merece ser recordada como hoy se recuerda la vida de los mártires cristianos, pero sobre el entendimiento que en una guerra nadie es santo y que las pérdidas son tan importantes para unos, como otros.

El pasado 13 de octubre de 2013 en Tarragona España, se llevó a cabo la beatificación de 522 personas fallecidas durante la Guerra Civil española. El acto estuvo precedido por un mensaje enviado por el Papa engrandeciendo la labor de quienes por defender sus creencias fueron perseguidos y muertos durante dichas acciones bélicas.

El tema ha causado un gran malestar entre aquellos que identificados con el bando perdedor (los Republicanos) han venido solicitando a la Iglesia que se pronuncie pidiendo perdón por las atrocidades cometidas por el bando vencedor encabezado por Francisco Franco quien como consecuencia de un golpe de estado derrocó a la llamada Segunda República y gobernó bajo un régimen dictatorial hasta su muerte; régimen que tuvo el apoyo permanente de la Iglesia Católica. Este acto de perdón le daría, según algunas organizaciones, más respetabilidad a la beatificación.

Esta petición en su grado más simplista es una solicitud de perdón a la Iglesia por haber respaldado a los franquistas durante toda la contienda y su gobierno, además de haber cooperado en la muerte de miles de inocentes.

Es un hecho cierto que nos hace reflexionar sobre qué sitio deberían ocupar los mártires del bando perdedor. Si bien es indiscutible que los mártires beatificados no lo hicieron por luchar con las armas, sino por no renegar de su fe, tal y como lo mencionó en el acto el secretario de la Conferencia Episcopal Juan Antonio Martínez Camino, está claro que muchos de los perdedores sin el uso de armas, fallecieron por no renegar de sus creencias.

Normalmente se dice que la historia la escribe el ganador, pero cabe preguntarse quiénes cooperaron en darle muerte a estos mártires, hoy elevados a los altares. Se trató de miembros de organizaciones de izquierda, comunistas y ateos que veían en los católicos y en aquellos armados simplemente con su fe, enemigos del Estado. Se trataba de no creyentes en Dios.

Dónde está el perdón de los derrotados? O es que los mártires estuvieron solamente en el bando perdedor. Cuál hubiera sido el destino sí el gobierno de la Segunda República hubiese ganado la contienda? Y ante esta hipótesis, dónde hubiese quedado la Iglesia Católica y sus miembros dentro de España?

La justicia es algo surrealista. Se dice que quien la aplica, normalmente jueces, lo hacen en virtud de la ley. Pero quién y para qué se hace la ley? En este caso para aplicarla por los franquistas, pero y si la hubiesen aplicado los republicanos, hubiese sido más justa o evitado muertes? No lo creo.

De lo que nadie habla es de las pérdidas humanas de ambos bandos. Un grupo habla de “memoria histórica” y los otros no dicen nada. Por qué los nietos de los vencedores no hacen la “memoria histórica” de sus mártires o de las atrocidades de los republicanos?

Es la vida de los perdedores más importante que la de los ganadores. Pues no, son iguales y merecen ser respetados, ya que todos somos hijos de Dios aunque no creamos en él y no existe nada más valioso que la vida humana. La vida de los perdedores merece ser recordada más allá de una placa conmemorativa, una medalla o de la vasta cantidad de libros que se han escrito sobre ellos. Se merece ser recordada como hoy se recuerda la vida de los mártires cristianos, pero sobre el entendimiento que en una guerra nadie es santo y que las pérdidas son tan importantes para unos, como otros.

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